domingo, 5 de agosto de 2012

Para la historia y el recuerdo


La natacion cerró su competencia con la despedida de Phelps y muchos récords.


El Centro Acuático de Londres 2012 bajó el telón, inundado de sensaciones y emociones de una competencia de natación inyectada de acontecimientos históricos. A su frente, apareció el mismo personaje del Centro Acuático Olímpico en Atenas 2004 y del Centro Nacional Acuático en Beijing 2008, dirigiendo con su batuta a una nueva generación dispuesta a ser una fértil camada, femenina y masculina, capaz de cubrir su ausencia.
Michael Phelps
Getty ImagesPhelps sumó 4 medallas en Londres y tiene 22 en JJOO
Michael Phelps no es un deportista común. Es por sí solo, un cardumen de tiburones. Y su anunciada despedida olímpica debía tener su sello, como representante único, capacitado de unir, en su sola mención, el significado de natación, records nacionales, mundiales y olímpicos, oro, medallas, historia, Juegos Olímpicos y leyenda.
Se arrojó a la piscina, nadó, ganó o fue segundo, se colgó las medallas, celebró cada una como si fuese la primera de su existencia, se retiró asemejándose a un niño feliz viviendo la realidad de un sueño. Phelps desafió a la física: sus marcas no figuran en ninguna enciclopedia. Tres veces seguidas ganó 100m, mariposa y la posta 4x100m, cuatro estilos. Sumó cuatro oros para alcanzar 18 de ese metal. A esas preseas, agregó dos de plata, para, con 22, aniquilar las 18 del récord total de la gimnasta ucraniana, representante de la Unión Soviética, Larissa Latynina.
Así se despidió el más grande producido por la natación olímpica, hasta me animo a decir el más grande producido por la natación mundial y quizás el más grande producido por el deporte mundial. Esto último para conducir con seguridad a las polémicas tan amantes en la actualidad.

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